
Bullying
El Bullying son agresiones que se producen en el entorno escolar (aulas, pasillos, recreo, zonas comunes, espacios cercanos al centro, etc.) entre compañeros y compañeras de un mismo centro.
El Bullying son agresiones continuadas y, generalmente, en relaciones asimétricas (grupo vs individuo, mayores vs pequeños, etc.).
El bullying son agresiones físicas, verbales, sexuales y emocionales (patadas, empujones, insultos, desprecios, robos, etc.).
El bullying no son bromas ni juegos ni cosas de niños y niñas. El bullying es un delito. El bullying son agresiones que tienen consecuencias graves para las víctimas, para los agresores y para las familias de ambos.
El bullying se combate a través de proyectos educativos adaptados a las nuevas generaciones que incluyan dinámicas y protocolos de Consecuencias, Bullying, Educación Sexual, Inteligencia Emocional, Mediación, Resolución de Conflictos, etc. Los niños y niñas viven rodeados de potentes estímulos con los que hay que competir de forma creativa desde la educación.
El bullying se combate a través de los sistemas implicados (escuela, familias, ayuntamiento, Diputación) en reconocer errores, admitir responsabilidades y buscar soluciones.
El bullying se previene a través de espacios multifuncionales que promuevan actividades de cooperación e inclusión de todos los niños y niñas de la comunidad.
El Bullying se previene fomentando la curiosidad de los niños y niñas en temáticas y actividades diversas (naturaleza, animales, arte, teatro, lectura, deporte, música, etc.).
¿Qué podemos hacer como familias para prevenir el bullying?
Fomentar el pensamiento propio de nuestros hijos e hijas. Explicarles lo que significa la presión social, explicarles situaciones en las que amigos y amigas hayan intentado presionarnos para hacer o decir algo que no queríamos. Explicarles situaciones en las que por presión social hayamos hecho o dicho cosas que no pensábamos.
Es muy importante que los niños y niñas vean a sus familias como a personas que les suceden o les han sucedido situaciones similares.
Actuar ante cualquier actitud mínimamente agresiva o violenta (insultos, menosprecios, patadas, etc.) poniendo consecuencias firmes e inmediatas. Nunca debemos consentir que insulten, menosprecien o agredan físicamente algo o a alguien.
Observar cómo se relacionan entre sus amigos y amigas. Cómo se hablan, cómo resuelven conflictos, cómo se ayudan y apoyan, cómo se retan. Es importante la observación en vivo para poder corregir actitudes en relaciones desiguales (relaciones de sumisión o de control, comunicación agresiva entre iguales, actitudes de burla, etc.).
Explicar a los niños y niñas lo que significa el Bullying y las consecuencias que tiene a partir de los 5 años, aproximadamente. La información a través de las familias es una herramienta imprescindible para que tomen conciencia de lo que implican las agresiones.
Adecuar el uso de tecnología y pantallas a la edad del niño o niña.
Hasta los 3 años los niños no necesitan hacer uso de ningún tipo de tecnología y pantallas.
De 3 a 6 años pueden ver un máximo de 30 minutos de pantallas al día. Hasta los seis años no son recomendables los videojuegos, móviles o tablets.
De 6 a 9 años pueden ver un máximo de 45 minutos de pantallas al día. No es recomendable la utilización de videojuegos violentos.
De 9 a 12 pueden ver un máximo de 1 hora de pantallas al día. No deben navegar solos por internet y, si lo hacen, deben estar supervisados en todo momento por un adulto.
A partir de los 12 años pueden empezar a navegar solos por internet, pero deben tener pautas sobre el uso y los contenidos.
No es recomendable el uso de redes sociales hasta los 14 años y deben estar informados en todo momento de los peligros y conflictos.
(Pantallas: ordenador, móvil, tablets, videojuegos y televisión)
Informar a la escuela de cualquier situación que esté provocando malestar en nuestros hijos e hijas dentro del ámbito escolar.
Las familias deben exigir a los centros soluciones de prevención, así como soluciones de actuación si se tiene constancia de agresiones.
Las agresiones entre compañeros y compañeras han aumentado de forma significativa en los últimos años. El exceso de información a través de internet, la falta de límites y consecuencias en las escuelas y en las familias, los sistemas educativos anclados en el pasado y la falta de implicación de las instituciones son algunos de los motivos por los cuales está resultando complicado poner remedio a esta problemática.
Para educar a niños y niñas de forma sana y positiva es imprescindible que todos los sistemas de una comunidad trabajen de forma cooperativa y pongan al servicio de las escuelas y las familias herramientas útiles y prácticas a las que poder recurrir de forma habitual (Escuela de familias, psicólogos, logopedas, espacios multifuncionales, proyectos innovadores y creativos, etc.).
Nuestros hijos e hijas son el futuro, un futuro que depende de cómo les eduquemos.
Implícate, coopera y ayuda para que sea un futuro más positivo.
Vani G. Leal, Psicóloga.
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