
¿Del 1 al 10 cuánto te conoces? ¿Estás seguro?
Todo el mundo cree conocerse, pero la realidad es que conocerse a uno mismo es la tarea más compleja del desarrollo personal.
Conocerse no solo implica que conozcas los adjetivos que te definen: nervioso, tranquilo, introvertido, extrovertido, emocional, racional, cariñoso, distante…, también implica que sepas por qué, cómo y dónde repercute tu personalidad en la vida que llevas.
Una persona nerviosa sabe que es nerviosa, pero puede no ser consciente de lo mucho que le repercute esa característica cuando se enfada, cuando ha de tomar una decisión, cuando se estresa…
Si te conoces, puedes saber lo que necesitas y lo que no, lo que quieres y lo que no.
Si te conoces y sabes lo que necesitas y lo que quieres, puedes saber dónde o cómo buscarlo.
Si te conoces, puedes utilizar tus cualidades para ayudar a cambiar tus defectos.
Si te conoces, puedes saber hasta dónde puedes llegar solo y dónde necesitas ayuda para llegar.
Si te pregunto a que sabe la madera, el mármol o el hierro, ¿lo sabes?
Seguramente muchos no podréis explicar a qué sabe, pero notaréis el sabor en la boca.
Esto es debido a que en algún momento de la infancia probaste estos materiales (los niños se lo meten todo en la boca) y el cerebro catalogó y almacenó en tu memoria lo que sentiste.
Ahora al recordar el sabor, tu cerebro hace un ejercicio de recuperación. Es algo que sabías, pero no eras consciente de saberlo. Bueno, ahora ya si eres consciente de que lo sabes.
Pues con la personalidad pasa lo mismo. Nuestro cerebro recoge toda la información desde que nacemos, pero solo recoge la información, hasta que no reflexionas sobre ello, se mantiene en el subconsciente.
La reflexión en una oportunidad de hacer consciente lo inconsciente.
Lo primero que vamos a hacer es un pequeño cuestionario:
Cómo es tu temperamento (parte innata de la personalidad).
Cómo es tu carácter (parte aprendida de la personalidad).
Cuestionario Autoconocimiento Psicoreset (10 minutos de tu tiempo)
Una vez hayas hecho el cuestionario, el siguiente paso será observar.
Obsérvate a ti mismo durante unos días y luego verifica y puntualiza todo lo que respondiste en el cuestionario.
Observar significa reflexionar cada noche lo que has pensado, sentido, dicho o hecho en el día.
Observa cuándo tus umbrales se disparan y por qué se disparan.
Observa en qué momentos te sientes inseguro y qué características salen a relucir cuando te sientes así.
Observa cómo reaccionas cuando te enfadas, cuando estas triste, cuando estás melancólico…
Observa por qué te enfadas, por qué te pones triste, por qué estás melancólico…
Observa tus pensamientos, cómo te hablas a ti mismo, las ordenes positivas y negativas que te das…
Observa, observa y observa todo lo que hagas, pienses o digas.
¿Y ahora qué hacer con todo lo que has observado?
Pues asumir y aceptar como eres, con todos tus defectos y con todas tus cualidades, con tus grandes triunfos y con tus enormes cagadas, con tu lado más angelical y con tu parte más endemoniada.
Seguramente observarás cosas que no te gusten (cosas que no sabías, no eras consciente o no querías serlo), pero no tiene nada de malo tener defectos, miedos o inseguridades, lo malo es no ser consciente de ello.
¿Por qué es importante aceptar quien eres hoy y ahora? Pues porque todo lo que no aceptas lo escondes y si algo está escondido no puedes trabajar para cambiarlo.
Siguiente paso…
No te juzgues, ni dramatices, ni te fustigues por lo que has hecho, por lo que no eres capaz de hacer, por lo que no consigues o por lo que ha salido mal, recuerda que no somos, sino que vamos siendo. Las personas somos seres dinámicos, nos vamos transformando con los años, por lo tanto, lo que eres hoy, bueno y malo, es solo una página de las miles que te esperan, el resto depende de ti, depende de si quieres seguir en el hoy o empezar a trabajar en quién serás mañana.
Último y primordial punto: ponte manos a la obra.
¿Cómo ponerse manos a la obra?
Ensaya nuevos comportamientos, aprende a decirte cosas distintas, busca pensamientos diferentes, enfréntate a situaciones, habla abiertamente de tus miedos, ves a ver a un psicólogo…
Hay muchas y variadas formas de trabajar en uno mismo, alternativas que no sabes que existen o que simplemente has pasado por alto. A veces equivocamos las preguntas o nos obsesionamos demasiado con las respuestas, a veces repetimos una y otra vez lo mismo sin entender que nada nuevo sucede en el mismo bucle de siempre.
Me gustaría poder decirte que es un camino fácil, que querer es poder y hablarte de todas esas cosas maravillosas que te esperan detrás del cambio, pero no te lo voy a decir porque no es un camino fácil, ni querer es poder, ni detrás del cambio vienen siempre cosas maravillosas.
Lo que sí puedo decirte es que conocerte te da la oportunidad de desarrollar y potenciar tus propias herramientas, te da la oportunidad de ser una versión mejorada de ti mismo y te da la oportunidad de ampliar perspectiva. Quizás a priori no te parezcan cosas excepcionales, pero hay una diferencia abismal entre alguien que se conoce a alguien que cree conocerse.
Vani G. Leal, Psicóloga
Leave a Comment
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.