
Siento estrés ¿Qué hago?
Estrés: nos levantamos por la mañana con el pito en el culo. Desayunamos cualquier cosa rápida que nos permita salir corriendo de casa o nos comemos algo de camino al trabajo. Compatibilizamos una jornada laboral con los quehaceres de la casa, la compra, los niños, las obligaciones familiares, los recados, la pareja, las relaciones sociales, las responsabilidades…
Perseguimos la felicidad, el equilibrio, el bienestar, pero no tenemos tiempo de ocuparnos de eso, estamos demasiado atareados con la inercia de la vida.
Hablemos de lo que supone el estrés ¿Cómo nos afecta?
- Estamos de mal humor, serios y enfadados.
- Nos sentimos agotados.
- Todo obstáculo, por pequeño que sea, nos desanima.
- Se nos debilita el sistema inmunológico.
- Estamos más expuestos a comer, jugar, beber o fumar más de la cuenta.
- Dormimos mal y nos despertamos más a menudo.
- Nos sentimos nerviosos, agitados y ansiosos.
Pues eso es el estrés. Una nube gris que nos deja más vulnerables y nos complica todavía más la vida. Pero es lo que hay, así es la vida y no se detiene por nadie ni por nada.
Si quieres ser un poco más feliz has de adaptarte. Has de aprender a salir de vez en cuando de la inercia y descansar, reír, desconectar y cargar pilas.
Hay personas que no le dan importancia. Hay personas que piensan que no es algo determinante ni limitante, pero se equivocan. El estrés es muy poderoso, tan poderoso que lleva a muchas personas ,que ni si quiera lo saben, a sentirse infelices.
¿Qué podemos hacer para combatirlo?
1– Una vez a la semana, como mínimo, encuentra dos o tres horas para ti. Una mañana, una tarde o una noche a la semana ha de ser tu pequeño oasis. Salir a tomar el sol, leer un libro, quedar para un café, dormir…Nadie mejor que tú se conoce y sabe que cosas echas de menos hacer. HAZLAS.
Puedes excusarte en la falta de tiempo, pero si dejas de lado tu espacio, más adelante te arrepentirás de no haber perdido tres horas de tu tiempo. La felicidad no se instala en nuestra vida por arte de magia. Si quieres tenerla o mantenerla, pierde el tiempo ganando tiempo para ti mismo.
2– Busca aficiones. Solo o acompañado. Con amigos o con tu familia. Utiliza tu tiempo libre para desarrollar y potenciar alguna actividad divertida. Excursiones, deporte, pintura, cantar, hacer ganchillo o hacer pulseritas. Da igual lo que sea mientras te guste y te haga pasar un día divertido y alegre.
3– Deja de preocuparte por todo y ocúpate de las cosas cuando sucedan. Y si, y si, y si…es un término que nos predispone a esperar siempre lo peor.
Todo el tiempo que inviertes en estar preocupado, es tiempo que tiras a la basura. Te preocupes o no las cosas que no están en tu mano pueden suceder igual. No podemos controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor pero si podemos ocuparnos, a tiempo real, de las cosas cuando pasen. No puedes solucionar lo que pasará dentro de un mes o dentro de un año, pero puedes solucionar lo que te pasa hoy.
Si evitas estar todo el tiempo preocupado, ganarás en concentración, efectividad y tranquilidad. Además de estar de mejor humor. Porque las preocupaciones, no nos engañemos, nos agrían el carácter.
Y no estoy diciendo que haya que vivir sin estar preparado para los obstáculos que puedan venir. Pero hay una gran diferencia entre ser y estar prevenido a ser y estar preocupado.
4– Organízate mejor, así de simple. Revisa tu horario, tus horas disponibles, tus obligaciones y tus quehaceres y vuelve a organizarte para que puedas disponer de más tiempo libre o ir más relajado.
Pregúntate:
¿Cuáles son mis prioridades, hacerlo todo y estresarme o hacer menos y estar más tranquilo?
Si tu respuesta es estar más tranquilo, pregúntate: ¿Qué puedo dejar de hacer o que puedo hacer de forma diferente que me permita ir con más calma en mi día a día?
Saber organizarse bien no es una tarea fácil para mucha gente. Hay quien tiene la suerte de tener un cerebro organizado y práctico, pero la mayoría de los mortales solemos hacer las cosas de forma atropellada y desorganizada. Así que haz una lista de tus tareas, hazte un horario y organiza tu semana de forma más efectiva.
5– Ten charlas sinceras con personas adecuadas. No es fácil encontrar personas que te escuchen sin juzgarte, que no quieran aconsejarte o que no intenten convencerte de lo que te conviene, pero las hay.
La finalidad de tener una charla sincera y transparente con alguien es para que puedas escuchar en voz alta las cosas que te rondan por la cabeza, relativizarlas y desahogarte un poco. Quejarse y tener una pequeña pataleta de vez en cuando ayuda a aligerar la mochila. Ayuda a sacar fuera lo que llevamos dentro.
Como ves, no te estoy diciendo que hagas nada del otro mundo. Te pido que te organices un poco mejor, que te tomes tiempo para ti, que tengas aficiones, que te ocupes de los problemas y que charles con personas de confianza.
Pero no te engañes, son cosas muy simples de hacer pero nada fáciles de llevar a cabo. Hay que tener determinación, estar motivado, darle la importancia que merece y por último hacerlo.
La buena noticia es que solo depende de ti, única y exclusivamente de ti, y eso es una gran suerte.
¿Pondrás excusas?¿Dirás que son tonterías?¿Lo intentarás una semana y después te olvidarás?
Ser feliz es una tarea compleja y complicada porque la vida nunca lo pone fácil, demasiadas cosas que pensar, demasiadas cosas que hacer. No, no es fácil ser feliz, así que no te lo compliques más estresándote por la vida misma. Si le das a la tranquilidad la importancia que merece, te darás cuenta de que el estrés es solo un mensaje de tu cuerpo y de tu mente para que te pares a divertirte más a menudo.
Vani G. Leal, Psicóloga.
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