
Escuelas: cero patatero en educación emocional
Como madre y como psicóloga una de las cosas que considero más importantes es el tipo de educación que reciben mis hij@s en las escuelas. Y, tengo que decir, que después de unos cuantos años y de varias guarderías y escuelas la educación, bajo mi punto de vista, recibe un cero patatero.
Primero situemos el contexto actual:
Niños y niñas emperadores que mandan más que los adultos, que no saben aburrirse, que chupan una cantidad de pantallas alarmante y que tiene información siempre muy por delante de la edad que tienen.
¿Qué falla en las escuelas? Bueno, no me voy a meter en los proyectos educativos, aunque hay mucho que decir, me voy a centrar en la educación emocional que imparten y que desde las escuelas se empeñan en decir y repetir que lo trabajan mucho (como digo, después de varias experiencias en colegios, la educación emocional que se imparte es insignificante).
En primer lugar, trabajar la educación emocional de una escuela implica que todo el equipo docente esté formado para ello (cursos, talleres y formación permanente es algo que entra dentro de su trabajo).
En segundo lugar, el trabajo emocional ha de ser transversal, dicho de otra forma, deberían trabajar la educación emocional de forma contínua desde los 3 años hasta los 18 (no sirve de mucho si lo trabajan mejor o peor, más o menos, etc. dependiendo del profesor o profesora que les toque).
En tercer lugar, la educación emocional debería tener el mismo peso que cualquier otra materia (a lo largo de mi vida me han hecho más falta herramientas emocionales que saber hacer raíces cuadradas).
En cuarto lugar, los talleres sobre bullying y redes sociales, sexualidad, abusos sexuales, mediación, resolución de conflictos, civismo, diversidad, etc. deberían ser un trabajo continuo en las aulas y no un taller al año (todos y todas recibimos alguna clase de sexualidad en algún momento de nuestra etapa escolar, pero enseñar sexualidad es algo más que ponerle un preservativo a un plátano).
Y en quinto lugar, muchas personas consideran que la escuela no está para eso y que son las familias las que deben ocuparse de esa parte, y yo les digo que, por supuesto que sí, las familias deben dar a sus hij@os una base imprescindible de seguridad, confianza, amor, asertividad, pensamiento propio, comunicación, resolución de conflictos… Ahora bien, ¿crees que todas las familias saben transmitir todas estas herramientas? pues no, ya te lo digo que no, porque si fuera así luego no habrían tantas personas adultas, y tantas son muchísimas, con una falta importante de seguridad, confianza, asertividad, comunicación, resolución de conflictos…
Ojo, las familias no son culpables de no saber transmitir esas herramientas porque nadie les ha enseñado a ellas…y si nadie les ha enseñado a ellas, tampoco les podemos exigir que sean expertas en educación emocional.
Pero la escuela, que es terreno neutro, debe ser esa alternativa, esa fábrica de herramientas emocionales para que esos niños y niñas tengan una posibilidad de ver y entender que hay diferentes formas de enfrentarse a la situaciones.
Si una familia resuelve los conflictos a gritos o simplemente no los resuelven porque no hablan, ese niño aprenderá que hay que gritar o aprenderá que hay que callar porque así se hace en casa. Pero si la escuela enseña que hay otras formas, como expresar lo que sientes y llegar a acuerdos, ese niño el día de mañana tendrá dos alternativas, la de casa y la del colegio.
La escuela es un lugar lleno de profesionales de la educación y, que yo sepa, la educación no solo es aprender a leer y a escribir, la educación también es aprender a expresar, aprender a decidir, aprender a pensar, aprender a tener confianza… O no, ¿la educación solo son mates, letras y ciencia?
Quizás soy yo la equivocada, pero nadie se ha sentado delante de mí porque sufre por no saber matemáticas o se ha sentado para decirme que las letras le agobian, no, se han sentado para decirme que no saben expresar lo que sienten, se han sentado para decirme que no son capaces de ser asertivas, se han sentado para decirme que se sienten inseguras y no confían en sus posibilidades. Por lo tanto, creo que si se enseñan herramientas potentes y positivas, esos niños y niñas crecerán más fuertes, más sanos, más seguros de sí mismos. ¿Cómo alguien puede decir que eso no es importante? ¿Cómo alguien puede creer que antes mejor las mates que la educación emocional?
Cómo psicóloga me siento frustrada y como madre impotente, porque observo a los niños y niñas que crecen y se me pone un nudo en el estómago. Ya es difícil de por sí crecer y madurar, la adolescencia siempre ha sido una etapa complicada en muchos aspectos, pero ahora se le suma internet, se le suma la camada del emperador (los famosos NINIS), se le suma el bombardeo continuo de información contradictoria, se le suma la apatía generacional…
¿Por qué es complicada la adolescencia? ¿Por qué es una época en la que las amistades están por encima de las familias? Muy sencillo, la adolescencia es complicada porque te pasan cosas que no entiendes, es complicada por que tienes miedo a defraudar al grupo, es complicada porque la sexualidad aprieta, es complicada porque empiezan a surgir las inseguridades de la infancia, es complicada porque crees que tu familia no puede entenderte…
¿Y por qué las amistades son tan importantes? Pues porque buscamos las respuestas en los amigos y amigas, así como todo el apoyo que no creemos tener en casa.
¿Cómo podemos evitar adultos tristes, inseguros y negativos? con educación emocional en las escuelas. ¿Cómo podemos evitar adolescencias tortuosas o negativas? Con educación emocional en las escuelas.
¿Quiere decir esto que si hay educación emocional en las escuelas, nuestros hijos e hijas no tendrán problemas? Pues claro que no, tendrán problemas, porque los problemas forman parte de la vida, pero sabrán resolverlos mejor porque habrán aprendido en sus respectivas escuelas multitud de herramientas para enfrentarse a los obstáculos.
¿Quiere decir esto que las familias no tienen ninguna responsabilidad? Pues no, las familias tienen mucha responsabilidad porque también deben formarse, porque también deben aprender educación emocional y porque deben exigir a las escuelas mucho más que asignaturas de mates, lengua o ciencia.
Todo el mundo está de acuerdo con que el mundo iría mucho mejor con personas empáticas, positivas, libres, motivadas e implicadas, pero sin niños así que se conviertan en adultos es prácticamente imposible conseguir ese mundo mejor.
Las personas nacemos en blanco y algo por el camino nos vuelve grises, tal vez ha llegado el momento de dar importancia a lo que hay que dar importancia, y en materia emocional está claro que hacemos corto, por lo tanto pregúntate: ¿qué quieres que aprendan tus hijos, a calcular mentalmente números de 10 cifras o a ser felices?
Pd: Cuando hablo de escuelas, hablo de los departamentos de educación que son los que dirigen el cotarro y los que mandan las directrices. Hay escuelas que intentan trabajar la educación emocional dentro de lo que pueden, pero si las administraciones, si el ministerio de educación no pone esta materia como algo innegociable es evidente que las escuelas se ven limitadas para poder realizarlo.
Vani G. Leal, psicóloga.
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