
¿Cómo te trata el Karma?
¿Existe el Karma? ¿Es verdad que el destino te devuelve multiplicado por tres tus errores?
Pues el destino no lo sé, pero lo que sí devuelve los errores que cometes es la vida, y no porque el karma se vengue de ti, sino porque los errores tienen consecuencias y tarde o temprano acabamos pagando las malas decisiones. Las buenas decisiones también se pagan, pero nadie se queja del buen karma.
¿Es justo pagar por los errores? Pues no y sí.
No es justo porque cuando la cagamos es porque no lo hemos sabido hacer diferente, nadie se equivoca a propósito, ni se equivoca por gusto. Y sí, es justo porque nosotros somos los dueños de nuestras decisiones y por lo tanto somos los responsables. Además, sin consecuencias nunca aprenderíamos, ni reflexionaríamos de lo sucedido.
¿Hay errores que se pagan demasiado caros? Pues también. A veces un pequeño error pone tu vida del revés y pagas un precio excesivo por un resbalón. Pero así es la vida, complicada y rebuscada, al igual que nosotros, que somos complicados y rebuscados.
¿Lo más difícil? Perdonarnos.
A veces nos flagelamos y nos culpabilizamos por las decisiones tomadas, sobre todo cuando somos conscientes de todas las consecuencias que nosotros mismos hemos provocado, pero la culpa no sirve de nada, lo hecho hecho está y ya nada puede cambiarlo.
Vivir en la culpa no te aportará nada positivo y aunque es normal sentirse mal, no puedes castigarte eternamente por algo que no has sabido hacer diferente. Además no poder cambiar una situación pasada no significa que no podamos mejorar la situación futura.
¿Por qué normalmente repetimos una y otra vez los mismos errores? Pues los repetimos porque no nos hacemos responsables de nuestra parte en los sucedido. Echamos la culpa a los demás, a la situación, al momento, a todo y a todos menos a nosotros y por lo tanto, examinamos más lo de fuera que lo de dentro. ¿Qué pasa entonces? Que no cambiamos porque esperamos que cambie lo demás. ¿Es el karma? No, eres tú que no te detienes a reflexionar y vuelves al mismo hábito de siempre.
A veces por miedo, por inseguridad o simplemente por costumbre nos quedamos inmóviles, pero sin movimiento no hay avance y sin avance estamos condenados a repetir aquello que nos hace daño.
No te voy a engañar, hacerlo todo bien no garantiza que todo vaya a salirte bien. No olvides que no estás solo en el mundo y que una buena decisión para ti, puede ser una mala decisión para otros. Por lo tanto, estamos expuestos a las salpicaduras de los demás, lógico y normal, teniendo en cuenta que los demás también sufren nuestras salpicaduras.
El Karma ajeno no podemos controlarlo porque no está en nuestras manos. Eso sí, ten en cuenta que el 80% de las cosas que te suceden son tu propio Karma, así que no te excuses en que la vida te trata mal o que los demás son los culpables porque todos podemos asumir el impacto de ese 20% ajeno.
Ocúpate de tu parte, ocúpate de tus decisiones, ocúpate de tus reflexiones y tarde o temprano el destino, el Karma o como quieras llamarlo picará a tu puerta de forma más positiva.
¿Qué cosas podemos hacer para mejorar nuestro Karma?
- Las decisiones tomadas por miedo o inseguridad son un mal negocio. Te puede parecer una medida preventiva y segura pero lo que no enfrentas no desaparece, solo se esconde para volver más tarde.
- Hazte responsable de todo lo que te sucede en la vida. Si la has cagado tú quiere decir que también puedes hacer las cosas de otra forma. Y no te preocupes por la falta de oportunidades porque la vida nos pone en encrucijadas parecidas continuamente, así que a la siguiente, hazlo un poquito mejor.
- No tomes decisiones en caliente. Muchas ostias del Karma llegan precisamente de decisiones tomadas en momentos de enfado o de tristeza. No, aprende a despejarte, a contar hasta 1000 o sal a correr, pero las decisiones, por pequeñas que sean, se toman dentro de la tranquilidad mental y no estando en una montaña rusa.
- Asume las consecuencias del Karma con toda la calma que seas capaz de encontrar. Una vez ha pasado, una vez que el Karma ya se ha despachado a gusto, respira, asume y acepta que las personas salpicadas estarán enfadas, ofendidas o defraudadas. Dales espacio, dales tiempo y si está en tu mano mejorar la situación, inténtalo, pero también acepta que no todas las personas saben o pueden perdonarte tan rápido como tú quisieras.
- No somos perfectos ni podremos serlo nunca, por lo tanto, acepta que de vez cuando el mal karma vendrá a visitarte, al igual que te visita el buen Karma. Los errores no son fracasos, son solo oportunidades de mejorar y aprender.
Nuestro destino está elaborado a base de decisiones, buenas y malas, pero nuestras decisiones. Así que, si quieres que te llegue el buen Karma de forma más habitual, dale a tu comportamiento el lugar que se merece y examínate más a menudo, seguro que encuentras muchas pequeñas cosas que puedes hacer diferente para que todo te vaya mejor en el futuro.
Vani G. Leal, Psicóloga.
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